Mientras las comensales se acercan a la barra para recibir cafe y no ha transpirado te, los camareros mueven de forma rapida las mesas y no ha transpirado sillas Con El Fin De mudar el salon de banquetes en la pista sobre bailoteo.

El DJ interpreta el “Loco” sobre Enrique Iglesias asi­ como la carretera sobre bailoteo se ilumina en rojo, verde asi­ como azul. Los asistentes giran por las proximidades del salon. Sus consejos varian desde la salsa colombiana, inclusive la rumba cubana y el flamenco castellano.

Los consejos de estas hembras se aceleran. Giran, dan vueltas, zapatean, cierran los ojos. Izquierda derecha, izquierda derecha, izquierda derecha, izquierda derecha, giro. Ellas tienen el control en la calzada de bailoteo; los varones son mas lentos, mas torpes y luchan por mantener el ritmo.

Veloz la habitacion oscura huele an exudacii?n, cerveza y no ha transpirado tabaco. La maquina emite humo desplazandolo hacia el pelo envuelve la habitacion en la niebla eterea. Cuando la cancion cambia, los bailarines se desploman en las sillas desplazandolo hacia el pelo intentan recuperar el aliento.

En el bar, algunos hombres se paran Con El Fin De tomar cerveza. Felipe Alonso Hoyos, demasiado timido Con El Fin De charlar con una mujer, se apoya en la pastilla de madera con un amigo, viendo a los bailarines entrar desplazandolo hacia el pelo salir sobre la pista.

Ana Maria Almunia charla con un caballero fuera del salon sobre baile en Calzadilla de la Cueza, Espana. Angel Navarrete / De el Times

Es agradable ver un bar lleno sobre gente, dice Hoyos. Cuando era joven, las travesi­as de su pueblo estaban llenas de ninos jugando. Habia 33 ninos en su tipo, la especie de estas ninas tenia 40. En la actualidad a sus 60 anos de vida, Felipe es Algunos de los 24 residentes de tiempo integro en Villalumbroso. Casi nunca sale de la localidad. “A cierta antiguedad, alguno se vuelve asi”, dice.

A la una sobre la madrugada, 3 chicas se desploman acerca de una mesa en una diferente habitacion, con cara larga y aburridas. Es su primera ocasii?n en una caravana y no ha transpirado no regresaran.

“Estaba esperando caballeros”, dice Janeh, la femina sobre Ecuador que se nego a dar su apellido. Caldo con una amiga cubana asi­ como esperaba charlar con hombres educados. En intercambio, sospecha que los hombres de la calzada de bailoteo tienen otras intenciones. Janeh y su amiga preguntan por alli de ver En Caso De Que alguien posee un coche Con El Fin De permitirse volver a Madrid. Nada, tendran que aguardar 3 horas Incluso que el bus salga.

A las 3 de la manana, Quintana, Quilindo y no ha transpirado Blanco se juntan en torno a de una mesa para distribuir una cerveza e cambiar numeros de telefono. Blanco acaba de despedirse sobre un adulto llamado encanto, con el que lleva horas bailando.

“?Encontro a su principe!” exclama Quilindo, y no ha transpirado las mujeres se rien. Blanco pone los ojos en blanco. Encanto, que vive cercano sobre Madrid, le habia ofrecido cosas extravagantes, igual que un trayecto a Roma, aunque nunca estaba extremadamente segura sobre el. Le habia puesto la mano en el anca y le habia tomado la foto sin autorizacion. Cuando se ofrecio a llevarla de giro a Madrid, la novia se nego.

En velocidades, esta pensando en otro adulto, Juan Antonio, a quien conocio en una caravana hace seis anos. Era agricultor asi­ como su nevera continuamente estaba llena sobre las ultimas cosechas: tomates, guisantes, calabacines. Blanco lo visito tres veces y cada ocasion que lo visito cocino Con El Fin De ella. Estaba enamorada, queria casarse.

Pero su origen pensaba que las latinoamericanas eran “mujeres malas” desplazandolo hacia el pelo prohibio a su vi?stago sobre 58 anos casarse con Blanco. Bien no se hablan, aunque ella piensa en el a menudo.

Una ocasii?n en el autobus sobre giro a Madrid, las mujeres rapido se duermen. Angel Navarrete / Para el Times.

“Esa es una madre manipuladora”, dice enfadada Quilindo, desplazandolo hacia el pelo Blanco suspira: “era tan carinoso”.

Quintana les cuenta su propia biografia. “igualmente conoci a un varon, desplazandolo hacia el pelo nos enamoramos, pero christian cafe en espaГ±ol nos olvidamos sobre canjear numeros”.

A las 4 sobre la madrugada, Alcantara anuncia que el bus saldra pronto. Las mujeres acaban las ultimas cervezas, besan a los hombres en la mejilla asi­ como salen a la fria noche, la calle se percibe inundada sobre una palida brillo sobre luna desplazandolo hacia el pelo llena de colillas sobre cigarrillos. En el autobus, ri?pido se duermen desplazandolo hacia el pelo cuatro horas mas tarde, llegan a Madrid.

Las mujeres descienden a la localidad despierta, en donde las camareros acaban sobre comenzar a calentar leche para el cafe desplazandolo hacia el pelo las vendedores ambulantes se encuentran instalandose en la orilla.

Se abrochan las chaquetones, se frotan los ojos y no ha transpirado ahogan los bostezos. Su lapiz labial esta manchado, su sombra sobre ojos se ha desvanecido. Se abrazan, se besan y saludan con la mano. Hasta la proxima, se dicen entre ellas. Hasta la proxima oportunidad.

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